jueves, 30 de junio de 2011

Besa la playa y…se va.

 

 

Besos de espuma y agua…

Se mecían en las olas de la vida,
la distancia marcaba las horas
y sus besos eran de espuma y agua.
Olas de espuma blanca
que besaban la orilla de la playa,
llegaban audaces, impetuosas,
arrasando de pasión y sal
las trémula caricias anheladas.
La brisa traía remolinos de quebrantos,
el desvarío de un amor del pasado
que levantaba la arena insegura
con pertinaz rabia, con celos de locura,
con recuerdos de promesas incumplidas,
de lamentos de un juramento
de amor olvidado.
La arena y las olas se abrazan,
y en mil besos de espuma y agua,
sellan para siempre la comunión
de sus almas.
El pasado muere lento y agotado,
se le acaban los gritos de reclamo,
se apagan entre los riscos del acantilado.
Es imposible quebrar el amor ajeno
cuándo ya se han dado mil besos
de espuma y agua.

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